lunes, 26 de abril de 2010

UNO X UNO

Por Franchesco Díaz Mariscal

Gustavo Fernández: Inseguro desde el calentamiento previo –“no agarra una”, sentenció mi primo. En la primera mitad del primer tiempo, cuando Bolívar no atacaba casi nada, pareció estar más seguro que en otros partidos, pero fue sólo una ilusión: desde el minuto 8 cedió rebotes peligrosos que la defensa debió solucionar. Alguien dirá que en el gol no tuvo responsabilidad directa, pero el área chica es suya, ¿verdad?

Luis Palacios: Uno de los mejores –sino el mejor– de la zaga. Empezó con alguna incertidumbre por una escapada de Cardozo, pero fue afianzándose y concluyó sobre una pierna, tras dos estiradas para llegar a la pelota (una de ellas luego de un rebote cedido por el portero) que, valga la redundancia, le ocasionaron lo que en términos de gradería es un estirón. Ojalá y su lesión no sea tan grave, para que pueda estar ante la U.

Santos Amador: Otro que comenzó con intermitencias, pero tuvo que apelar a lo mejor de su repertorio y también pasó algunos ratos de la segunda parte rengueando. Se acomodó muy bien en un par de centros de corner, aunque en el del gol no llegó a cubrir el testarazo de Ithurralde. Si está para el jueves, podríamos considerarle titular seguro.

Federico García: Una vez más fue el que hizo las de líbero, aunque en el esquema de cuatro en línea con que quiere jugar Coelho sea una posición en apariencia inexistente. Se animó a participar en el ataque un par de ocasiones y casi le surte, pero lo malo es que se deja llevar por las circunstancias y acaba resultando perjudicado; otra vez vio una amarilla que pudo evitarse.

Percy Colque: Aparte de las llamativas zapatillas fosforescentes (habría que verlas en un partido nocturno), trató de hacer lo suyo por izquierda, aunque más de una vez pecó de centralismo –intentó colarse por el centro del área rival, en lugar de mantener su punta abierta. Fue amonestado y quizás por eso C2I decidió dejarlo en los vestuarios en el intermedio, porque no estaba jugando mal (hubo otros que merecían correr su suerte). Su reemplazante fue Rivero.

Luis Gatty: Uno de los que hizo méritos para ser cambiado antes. No dio casi ni un pase bueno en la primera parte, fue sobrepasado por la rapidez y juventud de Abdón Reyes y apenas sí se proyectó por su carril. Esta tarde de clásico el cintillo le quedó demasiado grande. A los 68 dejó el campo para que ingrese Leitao.

Carmelo Angulo: Entró para hacer olvidar a Hermann Soliz, pero sólo consiguió lo contrario: que se notara demasiado su ausencia en el campo de juego. Inseguro y aun torpe en la primera mitad, para los primeros minutos de la segunda pareció cambiar de actitud aunque sólo fue un espejismo. Muy lejos de aquel jugador que años atrás por lo menos intentaba participar con inteligencia del juego.

Alejandro Chumacero: Lejos el mejor del Tigre, como casi siempre. Aunque trataron de frenarlo a punta de golpes y malas mañas desde los primeros minutos de juego, se dio maneras para destacar y poco faltó para que dos asistencias suyas terminasen dentro del marco rival. Si tan solo tuviéramos otros dos como él…

Darwin Peña: Tenía que ser el conductor; tenía que ser quien arme el juego; tenía que ser el cerebro del plantel. No fue nada de eso. Impreciso y demasiado lento con la pelota, más de una jugada no llegó a nada porque demoró mucho e hizo una demás. A nadie hubiera extrañado si era reemplazado, pero curiosamente jugó todo el partido.

Julián Di Cosmo: Algo tiene este ítaloargentino que no puede embocar una. Contra San José ya le pasó y con Bolívar fue incluso peor, porque no se le vieron las ganas que al menos intentó poner en el partido con los santos. Cuando dejó la cancha creo que nadie hizo ni el intento por darle un aplauso: tal el repudio y antipatía que se ganó. En su lugar entró Vásquez en el minuto 56.

Limberg Gutiérrez: Trató con los tiros libres y casi le surte; dio un par de asistencias muy buenas, pero no supieron aprovecharlas. Cuando se le exigió un poco más, empezó a protestar y pelearse con los de la cancha y los de la banca –sobre todo Coelho. Quizás si renegase menos y tratara de integrarse más al juego de equipo (aunque no está en un lugar cómodo y se nota), sería un mejor aporte.

Rosauro Rivero: ¿Para ó por qué entró? Sólo C2I lo sabe. Fue un aporte en la defensa, pero cuando le tocó proyectarse –mejor dicho: cuando le dio la gana de hacerlo, que fue en un par de ocasiones– no ayudó en nada a los embates atigrados. Si se confirma alguna molestia mayor en Amador ó Palacios, a nadie extrañe verlo de titular en el Patria. Ojalá ese día sí tenga ganas de hacer lo que alguna vez mostró que sabe.

Pablo Vásquez: Le pesó el mes y algo más de inactividad. Quiso hacer su juego y más de una vez fue pillado en offside o se sobrepasó en revoluciones, como en el mano a mano ó el choque con Arias. Se pudo ver cierto enfado consigo mismo porque las cosas no le salían. En cualquier caso, su retorno es una de las pocas noticias gratas del clásico.

Thiago Leitao: Entró con la idea clara de ponerse el equipo al hombro para conseguir la victoria, mas no lo consiguió. Al menos un par de asistencias inteligentes, jugadas rápidas y buen tino al ceder la pelota mostraron al jugador que se conoce, pero a ratos también dio la impresión que se estorbaban con Gutiérrez y Peña. En cualquier caso es bueno saber que ya puede estar a disposición.



Foto: www.laprensa.com.bo

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